viernes, 29 de octubre de 2010

CANCER : PROBLEMA CIENTIFICO

El cáncer es un conjunto de enfermedades en las cuales el organismo produce un exceso de células malignas (conocidas como cancerígenas o cancerosas), con crecimiento y división más allá de los límites normales, (invasión del tejido circundante y, a veces, metástasis). La metástasis es la propagación a distancia, por vía fundamentalmente linfática o sanguínea, de las células originarias del cáncer, y el crecimiento de nuevos tumores en los lugares de destino de dicha metástasis. Estas propiedades diferencian a los tumores malignos de los benignos, que son limitados y no invaden ni producen metástasis. Las células normales al sentir el contacto con las células vecinas inhiben la reproducción, pero las células malignas no tienen este freno. La mayoría de los cánceres forman tumores pero algunos no (como la leucemia).
El cáncer puede afectar a todas las edades, incluso a fetos, pero el riesgo de sufrir los más comunes se incrementa con la edad. El cáncer causa cerca del 13% de todas las muertes. De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, 7,6 millones de personas murieron de cáncer en el mundo durante 2007.
El cáncer es causado por anormalidades en el material genético de las células. Estas anormalidades pueden ser provocadas por agentes carcinógenos, como la radiación (ionizante, ultravioleta, etc), de productos químicos (procedentes de la industria, del humo del tabaco y de la contaminación en general, etc) o de agentes infecciosos. Otras anormalidades genéticas cancerígenas son adquiridas durante la replicación normal del ADN, al no corregirse los errores que se producen durante la misma, o bien son heredadas y, por consiguiente, se presentan en todas las células desde el nacimiento (causando una mayor probabilidad de desencadenar la enfermedad). Existen complejas interacciones entre el material genético y los carcinógenos, un motivo por el que algunos individuos desarrollan cáncer después de la exposición a carcinógenos y otros no. Nuevos aspectos de la genética del cáncer, como la metilación del ADN y los microARNs, están siendo estudiados como importantes factores a tener en cuenta por su implicación.
Las anormalidades genéticas encontradas en las células cancerosas pueden ser de tipo mutación puntual, translocación, amplificación, deleción, y ganancia/pérdida de todo un cromosoma. Existen genes que son más susceptibles a sufrir mutaciones que desencadenen cáncer. Esos genes, cuando están en su estado normal, se llaman protooncogenes, y cuando están mutados se llaman oncogenes. Lo que esos genes codifican suelen ser receptores de factores de crecimiento, de manera que la mutación genética hace que los receptores producidos estén permanentemente activados, o bien codifican los factores de crecimiento en sí, y la mutación puede hacer que se produzcan factores de crecimiento en exceso y sin control.
El cáncer es generalmente clasificado según el tejido a partir del cual las células cancerosas se originan. Un diagnóstico definitivo requiere un examen histológico, aunque las primeras indicaciones de cáncer pueden ser dadas a partir de síntomas o radiografías. Muchos cánceres pueden ser tratados y algunos curados, dependiendo del tipo, la localización y la etapa o estado en el que se encuentre. Una vez detectado, se trata con la combinación apropiada de cirugía, quimioterapia y radioterapia. Según investigaciones, los tratamientos se especifican según el tipo de cáncer y, recientemente, también del propio paciente. Ha habido además un significativo progreso en el desarrollo de medicamentos que actúan específicamente en anormalidades moleculares de ciertos tumores y minimizan el daño a las células normales. El diagnóstico de cáncer en pacientes está, en gran medida, influenciado por el tipo de cáncer, así como por la etapa o la extensión de la enfermedad (frecuentemente en estados iniciales suele ser confundido con otras patologías si no se realizan los diagnósticos diferenciales adecuados). La clasificación histológica y la presencia de marcadores moleculares específicos pueden ser también útiles en el diagnóstico, así como para determinar tratamientos individuales.

LA RADIACION :CANCER



¿Existen límites de exposición y quién los pone ?
¿Porqué los niños son más sensibles ?
¿Que dice la Unión Europea ?
¿Radiología en Pediatría y cáncer?
¿Como actuar?
¿Líneas de desarrollo ?

¿Existen límites de exposición de radiaciones ionizantes para pacientes y personal médico ?
Desde su constitución en 1928 la Comisión Internacional de Protección Radiológica viene estableciendo, periódicamente, los límites de dosis para pacientes y personal profesionalmente expuesto. Las sucesivas propuestas recomiendan una progresiva disminución de la dosis máxima permisible. Esta continuada reducción de los límites no se debe tanto a una evidencia positiva del daño que producen las radiaciones sino más bien a una aplicación progresiva del principio de cautela sobre la base del conocimiento de la incertidumbre y, a la vez, evidente aumento del número de individuos expuestos. Profundizando en esta línea, en 1965 se evita, ya, cifras concretas y se crea el concepto ALARA ( as low as reasonably achievable).
¿Porqué los niños son más sensibles ?
Durante los últimos años se produce un clima de especial sensibilización en el entorno de la Pediatría a partir de la aparición de diversas publicaciones que establecen una relación contrastada entre irradiación y cáncer a niveles de radiología diagnóstica convencional y Tomografía Computarizada. En Agosto de 2001 la Sociedad de Radiología Pediátrica celebra un Congreso Extraordinario monográfico acerca de “Radiología, TC Helicoidal y Riesgo de Cáncer” revitalizando el concepto ALARA . La razón estriba en la información, ahora conocida, acerca de los efectos cancerígenos evolutivos a raíz de la explosión de la bomba atómica en individuos que recibieron dosis de radiación en el rango de las generadas por los estudios radiológicos diagnósticos, especialmente incrementadas con el advenimiento de la Tomografía Computarizada y, sobre todo, TC Helicoidal. Las claves son:
1.- En el pasado la mayor incidencia de cáncer en supervivientes de los efectos de la bomba atómica nunca era superior a los 20 rad, mientras que las dosis recibidas por estudios radiológicos diagnósticos oscilaba entre 1 – 2 rad. No parecía haber situación de riesgo y las posibles consecuencias eran sólo teóricas y obtenidas, siempre, a partir de la extrapolación de efectos observados con niveles de radiación muy superiores.
2.- Casi sesenta años después de la explosión nuclear se conocen, ya, las cifras directas de pacientes que, entonces en edad infantil, han alcanzado ahora edades propicias a la aparición de los diferentes tipos de cáncer. Se advierte una mayor incidencia de cáncer, estadísticamente significativa, en la población irradiada y se constata que afecta no sólo a niveles de altas dosis sino, también, a individuos que recibieron dosis en el rango de los 50 mSv, es decir, en el espectro de la Radiología Convencional y Tomografía Computarizada.
3.- La incidencia se incrementa, de forma ostensible, por debajo de los 10 años y progresa conforme se aproxima al período neonatal. Esta superior incidencia parece relacionada con el mayor potencial de vida, alta capacidad mitótica y especial sensibilidad, en la edad infantil, de algunos órganos como tiroides, mama y gónadas. La frecuencia se duplica en el sexo femenino por la presencia del cáncer de mama y factores hormonales no bien aclarados.

¿Qué dice la UE ?
En la Directiva 1997 743 / Euratom del Consejo de la Unión Europea de 30/ 6/ 97 se establece que todos los miembros implicados deben reducir la exposición innecesaria de los pacientes a la radiación. Y como orientación la “Guía de indicaciones para la correcta solicitud de pruebas de diagnóstico por imagen” promovida por la Dirección General de Medio Ambiente incluye el cuadro de equivalencias de dosis de radiación administrada en estudios radiológicos, elaborado por el Real Colegio de Radiólogos del Reino Unido sobre un estudio de mediciones en 380 hospitales durante el período entre 1990 y 1995. Se establece como unidad la radiografía de Tórax por ser la técnica más frecuente y, también, de muy escasa radiación ( dosis < name="quien">¿Cuál es el riesgo de Irradiación en pediátría y cáncer?
Riesgo general.
a) Para una población global el riesgo general de cáncer se incrementa en un 10% cuando se recibe una dosis única de 1 Sv. Si se limita al adulto de edad media el riesgo se reduce al 1%. Por contra, cuando se acota a edades inferiores a 10 años asciende al 15%
b) La revisión de una serie de casi 5000 niñas o adolescentes con repetidos estudios radiológicos por escoliosis muestra una incidencia de cáncer de mama similar al de dosis equivalentes en supervivientes de la bomba atómica.
c) El incremento de riesgo de cáncer en la población infantil por la práctica de estudios de Tomografía Computarizada está relacionado, no sólo con la mayor expectativa de vida y superior actividad mitótica, sino también con los valores absolutos de radiación profunda recibidos como consecuencia del menor diámetro corporal. Así, en estudios experimentales, se constata que para un adulto de 30 cm de diámetro abdominal la dosis profunda en su centro geométrico es del 50%. En un paciente pediátrico de 10 cm de diámetro la dosis central es del 100% .
Riesgo individual.
Se estima que el riesgo adicional de cáncer por la práctica de una radiografía es de 1/1.000.000. Y el de una Tomografía Computarizada, por ejemplo de abdomen, supone un incremento de 1/2000. Considerando que el riesgo de la población general de padecer cánceres de un 25% el incremento por estudios radiológicos es escasamente significativo, de forma que, para un caso concreto el balance beneficio-riesgo favorece abrumadoramente al beneficio. Sin embargo, este factor, casi despreciable, cuando se multiplica por el formidable número de estudios anuales practicados a la población se convierte en estadísticamente significativo. Por ello hoy se admite que la irradiación diagnóstica con fines médicos supone un riesgo de Salud Pública.


¿Como actuar en nuestros centros sanitarios?
Es necesario y adecuado la creación de un Comité de Protección Radiológica en cada una de las secciones y hospitales pediátricos, con dos secciones uno técnica y otro clínica. Se considera indispensable la participación de:
1.- Radiodiagnóstico (radiólogos, técnicos y personal auxiliar)
2.- Gabinte de Protección Radiológica (y especialmente físicos)
3.- Pediatría (Jefe de Servicio y de Urgencias, Jefes de Residentes y especialistas en Salud Medioambiental Pediátrica)
4.- Dirección del Hospital

¿Líneas de desarrollo de los Comités de Protección Radiológica?
Orientadas, en la literatura actual, a los estudios de Tomografía Computarizada, en base a su alto nivel de radiación. Las recomendaciones generales son:
-- Realización, exclusivamente, de los estudios necesarios. Evitando el someter a pruebas innecesarias a la población. Es el principio de justicia ambiental.
-- Ajuste de parámetros de exposición a TC específica pediátrica
-- Incorporación de estudios de baja resolución (miliamperaje 50%) y campo limitado. Suficientes en la mayoría de casos.
-- Parámetros específicos en función de órgano–sistema estudiado.
-- Protección de bismuto para órganos de superficie).
Sin embargo, cabe un planteamiento más amplio de reducción de dosis en el conjunto de la Radiología Diagnóstica. En nuestro Hospital Infantil, de acuerdo con las posturas actuales, y, en línea con medidas adoptadas en otros centros, se propone, en Abril de 2002, un nuevo impulso encaminado a la reducción de dosis general en pacientes pediátricos, en el seno COMITÉ DE PROTECCIÓN RADIOLÓGICA EN PEDIATRÍA, en la que trabajamos clínicos, radiólogos, físicos, directivos, auxiliares, Se establece cuatro vertientes de actuación:
1.- Optimización de Irradiación en Radiodiagnóstico
Radiología Convencional
Tomografía Computarizada
2.- Racionalización de Estudios Radiológicos
Revisión de indicaciones de estudios convencionales y de TC que por su gran frecuencia o carga de radiación justifican una mayor racionalización. Inserción de esta actualización de protocolos en la Guía Clínica del Hospital.
3.- Implantación de Tarjeta Individual
Promovido por los Departamentos de Protección Radiológica e Informática. Iniciación del proyecto de implantación de la Tarjeta Individual de Irradiación en el Departamento de Neonatología del Hospital Infantil. Fórmulas próximas se han planteado, recientemente, en otras Comunidades ( proyecto TIERI en la Comunidad de Madrid ).
4.- Información a usuarios y población general.
Apartado imprescindible para conseguir, evitando un clima injustificado de alarma, la progresiva sensibilización social en relación a los riesgos potenciales de la radiación. A través de la Dirección General de Salud Pública de la Consellería de Sanidad, el Comité de Protección Radiológica del Hospital Infantil ha incorporado al libro de información a familiares un texto de información básica y recomendaciones generales.

VERDADES O MENTIRAS:CANCER

Las antenas de telefonía no aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer, los sujetadores con varillas no pueden producir cáncer de mama y los vaqueros muy ajustados no causan cáncer de próstata o testículo. Existen multitud de teorías falsas en torno a esta grave patología.

En la actualidad se producen 12 millones de casos nuevos de cáncer al año en el mundo. Además, 7,5 millones de personas fallecen al año a causa de esta enfermedad (20.000 muertes diarias). Para el año 2030 se calcula que se producirán 27 millones de casos nuevos al año, y 17 millones de fallecidos, el 60 por ciento de ellos, en países en vías de desarrollo. En el caso de España, el cáncer es la segunda causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares. Con una prevalencia de 1.500.000 personas se trata de un problema de salud prioritario. El tumor más prevalente de forma global es el de mama seguido del colorrectal y próstata. En los últimos años, se ha logrado alargar la vida de los pacientes que padecen determinados tipos de cáncer, mientras que en otros como es el caso del cáncer de pulmón, todavía no se ha conseguido. En concreto, el 45 por ciento de los hombres y el 55 por ciento de las mujeres que se diagnostican de cáncer se curan, pero en aquellos casos en los que no es posible, se quiere mantener una buena calidad de vida. “El envejecimiento de la población y la mayor supervivencia de los enfermos de cáncer, han supuesto un aumento significativo del número de pacientes con esta patología. A pesar de que cada año su incidencia aumenta en nuestro país, también disminuye su mortalidad, lo cual refleja los avances en el diagnóstico precoz y el tratamiento”, asegura el doctor Emilio Alba, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario de Málaga. Pero el cáncer es mucho más que cifras. Es una realidad que engloba multitud de aspectos, y no todos son conocidos con exactitud por la sociedad. De ahí que a lo largo de los años hayan aparecido mitos o creencias erróneas en torno a esta enfermedad. A este respecto, expertos como el doctor Alba tratan de aclarar algunas de estas dudas con el fin de que la sociedad pueda enfrentarse al cáncer con la actitud necesaria.
Realidades en torno al cáncer
Las niñas que pesan mucho al nacer, las mujeres que tienen una menstruación temprana, las que toman píldoras anticonceptivas o las que han sido madre con más de 35 años tienen más probabilidades de poder desarrollar un cáncer de mama. Estas son algunas de las realidades que giran en torno al cáncer y que el doctor Emilio Alba, aclaró en el marco del II Seminario de Periodistas “Curar y Cuidar en Oncología”, celebrado recientemente en colaboración con MSD. En concreto, este experto explicó que no se conoce la razón por la que las niñas nacen con mucho peso son más propensas a desarrollar este tipo de tumor, aunque es algo que está demostrado. Sin embargo, si que aclaró que el aumento de la incidencia del cáncer de mama en los últimos años se debe al adelantamiento de la edad media de la primera regla, de los 15 a los 12 años de media, y al retraso en la edad en la que las mujeres tienen su primer embarazo. Y es que, "las primeras células cancerígenas aparecen entre la primera regla y el primer embarazo; si antes la primera regla era a los 15 años y el primer embarazo en torno a los 20, sólo había cinco años en los que podía aparecer esa célula". "Ahora, sin embargo, se ha adelantado la menarquía a los 12 años y el primer hijo no llega hasta los 30, por lo que se multiplica el riesgo casi por cuatro. Aunque el cáncer se desarrolle mucho más tarde, después del primer embarazo esa primera célula no aparece porque, en ese punto, las células dejan de diferenciarse y se impide biológicamente la aparición del cáncer, esa es la razón por la que ha aumentado la incidencia", añadió. Respecto al uso de anticonceptivos orales, el doctor Alba explicó que está demostrado que su uso, si bien no aumenta el riesgo de padecer cáncer de útero, sí que incrementa de forma "muy moderada" el riesgo de desarrollar cáncer de mama, pero sólo durante el periodo en el que se consumen. No obstante, añadió, la mayoría de las mujeres que utilizan este método son jóvenes y tienen ya de por sí un riesgo muy bajo de desarrollar este tipo de tumores. Por otro lado, y en relación al hecho de que las mujeres asiáticas tengan menos cáncer de mama, Alba afirmó que esto se debe, fundamentalmente, a la alimentación. Las asiáticas tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) diferente, es inferior, lo que hace que tengan un menor riesgo de desarrollar un tumor mamario. Asimismo, respecto al controvertido tema de qué puede provocar el desarrollo de un tumor, este experto afirmó que calentar la comida en un recipiente de plástico en el microondas sí que incrementa el riesgo de padecer cáncer, cuestión que los científicos relacionan con ciertos agentes químicos, como los bisfenoles, y con los disruptores hormonales, pero que "todavía se están estudiando si tienen una relación clara", matiza el presidente de la SEOM.
Falsos mitos

En cambio, hay algunos mitos que son falsos, como por ejemplo, que las antenas de telefonía aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer; que los sujetadores con varillas pueden producir cáncer de mama o que los vaqueros muy ajustados pueden producir cáncer de próstata o testículo. “No hay evidencia de que factores físicos como éstos tengan algo que ver con el desarrollo de un tumor”, aclaró a este respecto. “Las falsas creencias cambian a lo largo del tiempo. Un ejemplo claro es que en verano se habla más del melanoma y de cáncer de piel y el resto del año parece que esta enfermedad no existe. Lo que sí cabe destacar es que el cáncer de piel es diferente entre las personas que toman el sol en la playa y el cáncer de piel que pueden desarrollar los agricultores o pescadores”, aseguró el doctor Alba. "Los agricultores y los pescadores han tomado siempre el sol y la radiación ultravioleta tomada así puede dar lugar, como mucho, a cánceres de piel de tipo escamoso, que se solventan con una pequeña cirugía". Sin embargo, dijo este experto, ahora la gente se expone de forma masiva al sol en las playas durante uno o dos meses y el resto del año prácticamente no toma el sol; ésta es una gran cantidad de radiación concentrada en muy poco tiempo que, sumada a la posterior ausencia de exposición al sol sí que puede dar lugar a un melanoma mucho más agresivo". Por otra parte, el presidente de la SEOM afirmó que los temas de nutrición y cáncer también son recurrentes en el tiempo, y muy dados a originar mitos: así, hace unos años se hablaba mucho de los poderes anticancerígenos de la soja o del té verde y ahora el anticancerígeno natural por excelencia son las Bayas del Goji cuando ninguno de ellos está científicamente contrastado. Asimismo, incluso se llegó a decir que la dieta castellano-leonesa, basada en una comida más picante y contundente, incrementaba el riesgo de padecer cáncer de colon, algo totalmente falso. Al igual que es incierto que las personas con cáncer no deban comer azúcar porque hace que la enfermedad avance más rápidamente. Respecto a la metástasis, este experto quiso aclarar que si a un paciente le diagnostican metástasis, éste tiene menos posibilidades de curarse, pero eso no implica la muerte. “En la mayoría de los tumores sólidos la aparición de metástasis implica que estamos ante una enfermedad crónica, la curación no es posible, aunque eso no implica que vayan a fallecer de inmediato”, aclaró Alba. También es falso que si padeces depresión tras ser diagnosticado de cáncer tienes menos probabilidades de curarte. Lo que sí es cierto es que una actitud optimista te puede ayudar a llevar mejor el tratamiento.
Las náuseas y los vómitos tras la quimioterapia: verdades y mentiras
Por otro lado, la doctora Yolanda Escobar, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón en Madrid y ponente en el seminario, es una de las autoras que ha adaptado el manual de preguntas y respuestas: “Mitos y realidades de la quimioterapia: Náuseas y vómitos tras la quimioterapia” al castellano. Y es que, las nauseas y los vómitos constituyen el efecto secundario más molesto del paciente oncológico y, existen muchas afirmaciones que son erróneas sobre este aspecto del tratamiento. Y la consecuencia más grave para el oncólogo es que el paciente decida abandonar el tratamiento. En su opinión, esta guía “aporta una información sencilla y asequible para los pacientes, de forma que puedan entender algunos de los efectos secundarios de la quimioterapia; además, aclara conceptos, elimina falsas impresiones y aporta recursos para poder colaborar ellos mismos en el manejo de los síntomas, lo cual incrementa la sensación de control y, en definitiva, el bienestar y la calidad de vida durante la dura etapa de la quimioterapia”. Cuando se informa a los pacientes de los posibles efectos adversos del tratamiento de quimioterapia necesariamente se aborda la cuestión de la emesis, o lo que es lo mismo de los vómitos, pero en opinión de esta experta no se explica lo suficiente, “de forma que el paciente no sabe qué puede esperar, durante cuánto tiempo lo tendrá y qué debe hacer si aparecen náuseas o vómitos en su casa; de hecho, la emesis tardía es el aspecto más olvidado de la información porque transcurre demasiado tiempo entre su aparición y la siguiente visita médica”. Por ello, esta experta quiso dejar muy claro que “los fármacos antieméticos permiten controlar las náuseas y los vómitos”, y como se pone de manifiesto en el manual, no hay que preocuparse si se precisan antieméticos durante la quimioterapia y de nuevo en casa, porque ocurre con bastante frecuencia. Por ello, es falsa la creencia que existe de que las nauseas y los vómitos son inevitables tras la quimioterapia. Además, la doctora Escobar aseguró que “es importante tener en cuenta que no todos los pacientes que requieren de quimioterapia sufren estos efectos secundarios, pues su aparición depende del tipo de fármacos usados y sus combinaciones, así como de su dosis y forma de administración; hay también factores relacionados con la propia paciente (antecedentes, hábitos y personalidad); y por supuesto, depende del establecimiento por parte del médico de una buena profilaxis farmacológica para la emesis predecible”. Otras creencias erróneas en torno a la quimioterapia es que la presencia de nauseas y vómitos sean un indicador de la que el tratamiento está funcionando, o que si no se vomita el primer día ya no se vomita después. También es falso que los vómitos dependan de la alimentación, aunque sí es cierto que la quimioterapia puede causar alteraciones del gusto y del olfato.
"El cáncer no es sinónimo de muerte"

El mito por excelencia que ha rodeado siempre a esta enfermedad es que el cáncer es sinónimo de muerte y aunque está aumentando cada vez más el número de supervivientes, en la sociedad sigue permaneciendo la idea de que se trata de una enfermedad que lleva irremediablemente a la muerte. “La realidad es bien distinta porque somos muchos los que sobrevivimos al cáncer y lo hacemos gracias a la medicina como fruto de la investigación y de la evidencia científica”, explicó Begoña Barragán, superviviente de un cáncer y presidenta de la Asociación Española de Afectados por Linfomas, Mielomas y Leucemias (AEAL). “Ahora los pacientes vivimos de forma diferente nuestra enfermedad y la relación con el médico. Cada vez más demandamos información, queremos saber qué pruebas nos van a realizar y, sobre todo, si nos van a doler. Queremos saber qué tratamientos existen y qué efectos secundarios nos pueden producir, también qué posibilidades existen de curación o de recaída y si se podrá recibir nuevos tratamientos, aunque estén en fase experimental”. En su opinión, “cuando la supervivencia va en aumento necesitamos saber a qué efectos secundarios podemos enfrentarnos a largo plazo”. A este respecto, el doctor Alba aseguró que “los pacientes son atendidos en todo el proceso de su enfermedad. El 80 por ciento de las mujeres que han sufrido cáncer de mama, son supervivientes y pueden presentar patologías asociadas como problemas óseos, cognitivos, de memoria, de comprensión, o de fertilidad. Pero, sin duda, el mayor temor que hay en estos casos son las segundas neoplasias o metástasis. Los largos supervivientes tienen que llevar un correcto estilo de vida, hacer ejercicio físico moderado y vigilar su sistema cardiovascular”. La necesidad de recibir información del paciente con cáncer empieza con el diagnóstico y no termina nunca porque siempre aparecen nuevas inquietudes que necesitan respuesta. Sin embargo, Begoña Barragán explica que “los profesionales tienen que explicarnos una gran cantidad de cosas en un corto período de tiempo, la consulta no da para mucho, y no siempre tienen formación en cómo comunicarse adecuadamente con el paciente”. “El resultado de todo esto es que los pacientes habitualmente salimos de la consulta con muy poca información, de todo lo que nos han dicho sólo nos quedarnos con que tenemos cáncer y con que nos pondrán quimioterapia o nos harán una intervención quirúrgica; por eso aspectos tan importantes como las diferentes alternativas, los efectos secundarios, la calidad de vida durante y después de los tratamientos y un sinfín de dudas e inquietudes que nos asaltan se quedan sin resolver”, añade Begoña, que concluye que “la realidad de todo esto es que los pacientes con cáncer vivimos con miedo”. Éste es uno de los siguientes objetivos a superar en los próximos años.